Por Jorge Ernesto Ibañez Vergara
Poeta y crítico de arte
Madrid, España 2009
“El enfermo”, el acierto de Arias Morales para representar este tema poco abordado, no está en sus capacidades como pintor, sino que trasciende el pensamiento que hurga en la creación para encontrar la justa línea donde el arte preña a la idea.
“Pareciera que el enfermo se consume en su lecho de
muerte, o quizá, sólo está enfermo de pesar, muerto en el pensamiento lleno de
tedio, actor suicida en el teatro de su vida”.
En esta obra, no
sólo la representación de la forma es captada con acierto, sino que la imagen
expresiva traduce la íntima psicología descubierta en el gesto, la emoción y el
sentimiento que aflora en el ademán, la mirada o el semblante, reflejando el
ánimo de la figura captada por el pincel del pintor
El dibujo
desprovisto de complejidad, llena de primigenia creatividad, impregna de
emoción el gesto que campea en el lienzo, en el que pervive representado al
enfermo en una escrupulosa concepción expresionista, donde convive diseño y
color en responsable actitud plástica.
El
neo-figurativismo expresionista de la obra, desarrolla un tema de marcado
raigambre social con voluntad de reclamo; “el enfermo” cobra relevancia
plástica por la originalidad de su estilo y la dimensión comunicativa de fuerte
impulso emocional, y es que la obra está articulada con una vigorosa animación
dramática perceptible en la generosa gama de colores frescos para quitar
dramatismo al tema, que va arropado por la expresividad de la idea.
Su desarrollo estético no se detiene en la superficial
representación del tema, sino que trasciende en la búsqueda de la expresión que
palpita vivamente en el lienzo. Arias Morales despoja el aire dramático y
tenebroso al tema, imprimiéndole el sello personal de su estilo.
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